El primero de los dos, representó la felicidad con una cara sonriente, y el segundo dibujó una persona llorando, para representar la tristeza. Acto seguido, el profesor se levantó de su mesa, desde donde había estado mirando perplejo lo que hacían sus alumnos, y comenzó a decir: "Esto que habéis dibujado no es, ni mucho menos, ni la felicidad ni la tristeza. Seguro que ambos os habéis preguntado por qué os he encomendado esta tarea y he aquí la explicación: Nadie puede representar en un simple papel, o en una pizarra como habéis hecho vosotros, los sentimientos tales como la felicidad o la tristeza. ¿A qué no podéis representar la felicidad que sentís al recibir un regalo, una buena noticia, al descubrir una sorpresa, al recibir un abrazo, un beso...? ¡Claro que no es posible! Se nos hace incluso difícil encontrar las palabras justas y perfectas para describir lo que sentimos. Probemos con la tristeza. ¿Sois capaces de representar la tristeza que sentís al conocer la pérdida de un ser amado, al saber que alguien os ha dado de lado, al no ser correspondidos en el amor...? Nos ocurre lo mismo que en el caso de la felicidad, incluso nos ocurre exactamente igual con el resto de nuestros sentimientos. ¿Por qué cuando os pedí que representarais la felicidad y la tristeza, me dibujasteis sonrisas y lágrimas? Pues bien, son distintas maneras del ser humano de reaccionar ante esas situaciones y que las hemos asimilado desde que éramos niños.
Y es así como surge la poesía, que no es otra cosa que sentimientos, intentos del ser humano de representarlos en un papel, de encontrar esas palabras que son tan difíciles de elegir y que rondan por nuestra cabeza, para describir lo que realmente sentimos">>
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